jueves, 4 de diciembre de 2014

Arte y Politica

Debido en buena parte a la violencia política que ha azotado al país, ha habido relativamente poco abordaje de temas políticos por parte de los artistas colombianos del siglo XX. La violenta oposición entre conservadores y liberales de los años 40 y 50restringió el compromiso político de los artistas y los escritores; ciertamente, los intelectuales que tuvieron que exiliarse en aquel período suman una cantidad considerable. La creación de organizaciones de autodefensa por parte de liberales campesinos llevó a la formación de las guerrillas comunistas; en el contexto polarizado que resultó, ser crítico del estatus quo podía significar convertirse en un objetivo de censura. Cuando no en objeto de violencia directa. Por parte del régimen conservador .Esta situación empeoró con la aparición de los primeros grupos paramilitares a finales de los 70, los cuales convirtieron a intelectuales y profesores universitarios izquierdistas en objetivos militares. Como resultado, los artistas viraron hacia problemas estéticos formales o hacia la expresión de su propia interioridad.

¿Política del arte o arte político?

Existen políticos y/o empresarios de profesión que son aficionados o expertos en arte, y hay quienes hacen las veces de críticos, curadores y hasta publicistas de diferentes muestras y obras de artistas
Muchas de las obras de arte hallan su fundamento en cuestionamientos políticos y sociales, la idea, al fin y al cabo, es que las preguntas que provienen del arte logren trascender la reflexión estética y calen en un escenario tal vez más profundo; o por lo menos, eso es lo que promueven los artistas: un constante devenir de ideas y preguntas en torno a lo que somos y lo que nos rodea.

Un gran ejemplo de las obras políticas de artistas colombianos es el de Fernando Pertuz. Este bogotano presentó en 2009 su obra Somos estrellas. Allí mostraba ocho “estrellas” –como él las denominó– cargadas de –pura– crítica política. Creaciones en torno al racismo, al homosexualismo, a la diferencia de clases sociales, al gobierno estadounidense, también al colombiano, y a la jerarquía militar, entre muchos otros temas. Una muestra cargada de simbolismos y referentes. Fernando Pertuz, que se concibe a sí mismo como un “activista”, caracteriza el sentido de su arte como un trabajo de resistencia. Considera, además, que su obra artística constituye una intervención política de carácter estético.





Arte político

El arte político es un ejercicio peligroso no porque se enfrente al establecimiento, que tiene la capacidad de asimilar y admirar las obras de arte que se hacen a sus expensas, sino por el riesgo constante de dejar de hacer arte por hacer política. Inevitable la referencia al Realismo Socialista, que es una concepción artística heroica, con imágenes poderosas de luchas y logros populares, con la bendición del Partido. Algo de eso hay en esta remembranza de los setentas. Las imágenes de manifestaciones sindicales, de niños campesinos en la miseria, de guerras de liberación, de lucha anti-imperialista, están siempre presentes y son parte esencial de las obras gráficas, cuya naturaleza de originales múltiples, les permitía llegar al gran público. Y para ir más allá, se desbordaron en los carteles de las manifestaciones y en el diseño de Alternativa, la revista de la izquierda exquisita que impulsaron Gabriel García Márquez, Enrique Santos Calderón y Orlando Fals Borda.


Inevitable también la referencia al arte conceptual, que es la moda de hoy día, inspirado en ideas profundamente políticas: la opresión, la esclavitud, el marginamiento, pero que requiere de toda clase de explicaciones para ser entendido como acción política, puesto que la idea original, que es en realidad la obra de arte, se expresa de un modo subliminal en los objetos más inesperados. Casi cuarenta años después el arte político se despoja de su carácter obvio y se reviste de enigmas refinados. Quizás más efectiva la denuncia de entonces donde una generación contestataria utilizaba todas las letras para la protesta y quizás por ello, la exhibición de La Tertulia nos devuelve a tiempos de nostalgia, de revueltas estudiantiles, de desafíos al Estatuto de Seguridad, de rechazo a las multinacionales extractivas, de toda esa efervescencia que un grupo de personas tuvo la capacidad de convertir en expresiones artísticas sin cejar en la acción directa, en la denuncia abierta y sin tapujos. Una época de oro que hoy se consagra en los salones del museo donde en su momento esos mismos artistas se negaron a exponer.



Arte durante el conflicto de décadas.

Antecedentes:


Violencia política- fuerte presencia en el arte colombiano a partir de mediados de los 60
Desconcierto frente a una situación conflictiva, desgarradora
Ademas de los problemas sociales, económicos se le agregaron los problemas ideológicos
La conformación del frente nacional incidió en la formación de grupos de guerrilla, corrientes políticas.
La divulgación de las crónicas sobre la violencia.


Se constituye un arte de tipo testimonial.


En los 70 se abre un nuevo espacio de investigación para el arte, ¿Cómo representar el tema de la violencia?
Movimiento de exposiciones, revistas en donde se muestra no solo el cambio en Colombia sino en Latinoamérica.
Se inaugura la década del 70 con el fin del frente nacional.  Arte con mensaje claro, mediato, presentando con imaginación a partir de los recursos más diversos la situación que se vivía. La visión de cultura cambia, se amplia, dando paso a miradas que valoren el arte popular.
Buscar que el espectador tenga una mirada más critica frente al espacio.
El arte empieza a tener una forma menos explicita e incentiva a un análisis mas sutil de la obra.


El arte colombiano de los 80 y 90 era muy reconocible por su gran carga política, de violencia. el narcotráfico, las FARC, los secuestros, los asesinatos... Los cambios socio económicos y políticos que ha vivido en los últimos años el país, inmerso en un complicado proceso de paz, se han notado también en el arte. No es que esa carga política, de denuncia, haya desaparecido por completo del arte colombiano. Sigue formando parte de su ADN. Basta con echar un vistazo a uno de los periódicos del día para darse cuenta de ello. 


Artistas y sus obras

Doris Salcedo
Nació en Bogotá, Colombia en 1958. Gran escultora colombiana quien basa su trabajo en la actual situación política de Colombia. En sus obras utiliza muebles, las cuales eliminan su naturaleza familiar y dándoles un aire de crueldad y horror. Estudió bellas artes en la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá. En 1984 cursa estudios de postgrado en la Universidad de Nueva York. Después regresa a su país de origen y entre 1987 y 1988 dirige la Escuela de Artes Plásticas del Instituto de Bellas Artes de Cali. Luego de haber tomado este importante puesto obtiene una beca que le entrega la Fundación Guggenheim y Penny McCall. Salcedo aprovecha esta gran oportunidad y con la beca sube su popularidad. Se da cuenta de que es lo que quiere hacer como artista y se dirige a las zonas más deprimidas de Colombia y entrevista y habla con familiares de personas que han sido asesinadas por la violencia. De una u otra manera ella utiliza estos testimonios y así crea sus obras. Algunas de sus obras son: Atrabiliarias, Casa viudas, Tenebrae entre otros. Por ejemplo en Atrabiliarias ella utiliza un mural compuesto por zapatos de mujer metidos en nichos y cubiertos por una película translúcida, lo que le daba un toque especial a la obra. Cada escultura que Doris Salcedo realiza tiene mucho significado al estar relacionado con la situación actual de su país. Ella es la influencia de todos los alumnos con los que ha tratado y a quienes ha intentado enseñar que el arte es 10% inspiración y 90% sudor.
Fernando Pertuz
Fernando Pertuz. Este bogotano presentó en 2009 su obra Somos estrellas. Allí mostraba ocho “estrellas” –como él las denominó– cargadas de –pura– crítica política. Creaciones en torno al racismo, al homosexualismo, a la diferencia de clases sociales, al gobierno estadounidense, también al colombiano, y a la jerarquía militar, entre muchos otros temas. Una muestra cargada de simbolismos y referentes. Fernando Pertuz, que se concibe a sí mismo como un “artivista”, caracteriza el sentido de su arte como un trabajo de resistencia. Considera, además, que su obra artística constituye una intervención política de carácter estético.
Ludmila Ferrari
Esta mujer es el perfecto ejemplo de lo que puede ser una artista a pesar de pertenecer al llamado “mundo del arte”. Y es que para ella primero está su ética antes que su arte y las pretensiones sociales de algunos nuevos artistas. Ferrari empezó con su obra –y trabajo de tesis– Práctica artística en la grieta, que consistió en hacer una intervención, dividida en dos partes, en torno a aspectos como la identidad y la representación en Ciudad Bolívar. Esta artista tomó este espacio geográfico, no como un barrio de la capital con problemas sociales y económicos, sino como un “cartucho” vivo que representa la violencia de los últimos años en nuestro país. Sabia y rápidamente, Ludmila pudo identificar que las personas que habitan este lugar son, en su mayoría, personas que han sido desplazadas de sus casas y ciudades en otros lugares de Colombia. Indígenas, campesinos y hasta desmovilizados, fueron los protagonistas de la obra que la catapultó como una artista completa –y compleja– en la escena artística de este país.
Carlos Granada Arango
Nacido en Honda, Tolima, en 1933, el pintor colombiano Carlos Granada Arango realizó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional en Bogotá. Su trayectoria artística ha explorado la manifestación de los problemas colombianos y ha llegado a centrarse en el descubrimiento y desarrollo de un estilo impresionista, en el que se adentra en lo típico dentro de un plano filosófico. El desarrollo de sus obras puede observarse en las diversas exposiciones que ha presentado y en los premios a los que se ha hecho merecedor.






Artistas más reconocidos

Alejandro Obregón:
Alejandro Obregón (Barcelona, España, 1920 - Cartagena, Colombia, 1992) Pintor colombiano. Su familia se trasladó definitivamente a Barranquilla cuando Obregón había cumplido séis años. El cambio de seguridad, de cultura, de ciudad y de ambiente impresionaron al adolescente, en especial el impresionante trópico, con su luz radiante y aire de libertad. En 1940, a Boston, con el fin de estudiar pintura, se matriculó en el sótano del Museum of Fine Arts School, allí realizó su primera exposición. Viajó luego a España, como vicecónsul de Colombia en su Barcelona natal.En la capital catalana se vinculó a la famosa Escuela de Artes de la Llotja, pero fue expulsado poco después.
Las temáticas en la pintura de Obregón fueron siempre recurrentes, se movían entre retratos de familiares o amigos, autorretratos, tópicos relacionados con la denuncia social y económica, y acercamientos desde una visión cargada de emoción, a la topografía y la flora y fauna colombiana, a través de la constante presencia del mar, las barracudas, los cóndores y las flores carnívoras. La visión emotiva de Colombia que el maestro Obregón tenía se hizo evidente, como afirma Carmen María Jaramillo, en la dualidad que presentaban sus obras entre desasosiego y fascinación que le producía nuestro país.





Umberto Giangrandi (Pontedera, Italia, 1943). Pintor, dibujante y grabador colombo-italiano de amplio reconocimiento. Maestro en Artes de Instituto D`Augusto Passaglia de Lucca, Italia. Estudió grabado, pintura mural y dibujo, en la Academia de Bellas Artes de San Marcos de Firenze.
Desde 1966 reside en Colombia. Al año siguiente 1967 ingresó como profesor a la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia e inauguró el Taller Giangrandi, dedicado a la enseñanza de las técnicas del grabado en metal, fotograbado, serigrafía, xilografía, litografía y gráfica experimental; de gran importancia en el desarrollo de la obra gráfica en Colombia.
En 1971 realizó una extensa investigación sobre el cartel mural y el afiche político. Al año siguiente fue cofundador del Taller 4 Rojo, en compañía de Nirma Zárate, Diego Arango, Carlos Granada y Jorge Mora. En 1998 hizo un postgrado en Barcelona (Universidad Pau Gargallo) titulado: “De la imprenta grabada a la imprenta digital”. Desde 1999 es profesor de grabado en la Universidad de Los Andes de Bogotá. Entre 2001 y 2004 fue director de la Academia Superior de Artes de Bogotá .
En 1998 el Congreso de Colombia le concedió la condecoración Orden de la Democracia en el Grado Oficial por su trabajo cultural desarrollado en el país.
Giangrandi se involucra de forma decidida en la vida cultural y política del país, cuyos paradigmas dominan gran parte de la década de los 70. Es el momento de las grandes discusiones en el arte, en cuanto a su participación y compromiso en el ámbito social, mediante una continua autocrítica en el papel del artista y su responsabilidad social, en su doble compromiso ético: el desarrollo de unos lenguajes y estrategias estéticas eficientes y su función ideológica en la arena de lo político y lo social.



Beatriz González es una artista pop colombiana, nació en Bucaramanga en el año de 1938. Su obra expresada a través del dibujo, la pintura, la gráfica y la escultura trata asuntos relacionados con el entorno histórico y cultural colombiano. Basándose en muchos casos en el trabajo fotográfico de los reporteros gráficos la artista desarrolla una obra en la que expresa el dolor causado por la violencia y la muerte, así mismo se ha interesado en la representación de los íconos de la cultura popular, pasando por los ídolos del deporte, los políticos, los líderes religiosos y las representaciones de las culturas

Crítica de arte. Realizó su primera exposición individual en 1964, en el Museo de Arte Moderno de Bogotá. En 1965 un premio en el XVII Salón Nacional de Artistas de Colombia. Ha expuesto individual y colectivamente desde 1964 en Colombia, España, Venezuela, EE. UU., y Brasil. Ganadora del I Salón de pintura de Cali, del I Salón Austral y colombiano del grabado; obtuvo una mención especial el XXXIII Salón Nacional de Artistas de Colombia. Fue directora del departamento de educación del Museo de Arte Moderno de Bogotá.
Ana María Escallón- pinta sobre tela, en muebles, sobre objetos; pinta cortinas, vasijas de barro, imágenes religiosas, etc., y en ellos va plasmando sus “comentarios” pictóricos, en colores planos y bajo la estructura asumida de una figuración ‘torpe’, donde queda plasmada la situación sociopolítica del país. Su irreverencia rompe tabús, so ojo analítico destruye jerarquías. Ella es, dentro de su generación, la artista que realiza atentamente la crónica de la época, con su idiosincrasia y comportamientos propios”








Obras

Alipio Jaramillo



Este pintor pretende hacer un homenaje al líder Jorge Eliecer Gaitán, que fue uno de los mas importantes del siglo XX en Colombia, fue desde entonces que el pintor Jaramillo comienza su interés por lo social, tomando como corriente el muralismo mexicano, Jaramillo intenta construir un arte nacional al incorporar en sus obras los temas como las clases populares y sus luchas.



La pola



Cafeteros


Manifestaciones

Autodefensas

Masacre

Pedro Nel Gómez



Mujer pronta a la defensa, de la serie Recuerdos de La Violencia